El Bosque de los Colores Perdidos

 

Había una vez, en un pequeño rincón del mundo, un bosque lleno de colores mágicos. Los árboles eran de un verde brillante, las flores rojas como el sol y el cielo, siempre azul. Pero, un día, algo extraño sucedió: los colores empezaron a desaparecer. 
Primero se fueron las flores rojas, luego el verde de los árboles se apagó y, poco a poco, el cielo se tornó gris. Los animales del bosque estaban tristes, sin saber qué hacer.  
Entre ellos estaba Lila, una pequeña ardilla con una gran curiosidad. "¿Por qué están desapareciendo los colores?" se preguntó, mientras miraba el cielo gris. Lila decidió que tenía que encontrar una solución.
Reunió a sus amigos: Tito el conejo, que saltaba muy rápido, y Sol, una mariposa con alas doradas. "Vamos a buscar los colores perdidos", dijo Lila con valentía. "Si trabajamos juntos, seguro que los encontramos". 
Los tres amigos comenzaron su aventura, cruzando riachuelos y saltando sobre piedras. En el camino, se encontraron con un gran árbol que parecía triste. "¿Por qué estás tan triste, Gran Árbol?" preguntó Tito. 
"Mis ramas ya no pueden sostener los colores del bosque", respondió el árbol. "He perdido mi fuerza, y con ella, los colores se han ido". 
Lila pensó por un momento y luego tuvo una idea. "¿Y si compartimos nuestra energía y la ponemos en ti? Si cada uno de nosotros da un poco, tal vez podamos devolver los colores al bosque". 
Tito saltó rápidamente, Sol batió sus alas doradas, y Lila se abrazó al árbol con toda su fuerza. Juntos, comenzaron a compartir su energía y su alegría. Poco a poco, los colores volvieron: el verde de los árboles, el rojo de las flores, y el azul del cielo. El Gran Árbol se levantó, más fuerte que nunca, y sonrió. 
"Gracias, pequeños amigos", dijo el árbol. "Gracias por compartir lo mejor de ustedes. Ahora el bosque brillará por siempre". 
Lila, Tito y Sol saltaron de alegría, sabiendo que, aunque el bosque estaba lleno de colores nuevamente, lo más importante era que, al trabajar juntos, habían logrado algo maravilloso. 
Desde entonces, el Bosque de los Colores Perdidos fue aún más hermoso, y todos los animales, grandes y pequeños, aprendieron que, cuando se ayudan unos a otros, pueden lograr cosas mágicas.

(AGPMARK1)

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TEXTO EN INGLÉS

The Lost Colors Forest
Once upon a time, in a small corner of the world, there was a forest filled with magical colors. The trees were a brilliant green, the flowers as red as the sun, and the sky was always blue. But one day, something strange happened: the colors began to disappear.
First, the red flowers vanished, then the green of the trees faded, and little by little, the sky turned gray. The animals of the forest were sad, not knowing what to do.
Among them was Lila, a small squirrel with great curiosity. "Why are the colors disappearing?" she wondered as she looked at the gray sky. Lila decided she had to find a solution.
She gathered her friends: Tito, the rabbit who could jump very fast, and Sol, a butterfly with golden wings. "Let's go find the lost colors," said Lila bravely. "If we work together, we are sure to find them."
The three friends set off on their adventure, crossing streams and leaping over stones. Along the way, they came across a large tree that looked sad.
"Why are you so sad, Great Tree?" asked Tito.
"My branches can no longer hold the colors of the forest," the tree replied. "I have lost my strength, and with it, the colors have disappeared."
Lila thought for a moment and then had an idea. "What if we share our energy with you? If each of us gives a little, maybe we can bring the colors back to the forest."
Tito jumped quickly, Sol fluttered her golden wings, and Lila hugged the tree with all her strength. Together, they began to share their energy and joy.
Little by little, the colors returned: the green of the trees, the red of the flowers, and the blue of the sky. The Great Tree stood tall, stronger than ever, and smiled.
"Thank you, little friends," said the tree. "Thank you for sharing the best of yourselves. Now the forest will shine forever."
Lila, Tito, and Sol jumped with joy, knowing that even though the forest was once again full of colors, the most important thing was that by working together, they had achieved something wonderful.
From that day on, the Lost Colors Forest became even more beautiful, and all the animals, big and small, learned that when they help each other, they can accomplish magical things.

(LIFLOR)